- El derecho al olvido permite desindexar enlaces con tus datos, pero no borra el contenido de origen; para eso hay que contactar con la web.
- La limpieza técnica (historial, cookies, credenciales y cuentas en desuso) y ajustes de privacidad reducen de forma notable tu huella digital.
- Buscadores como Google, Bing o Yahoo ofrecen formularios para retirar resultados; la AEPD puede intervenir si se deniega indebidamente.
Nuestra vida digital deja muchas migas de pan: búsquedas, perfiles, fotos antiguas y hasta compras. Si te preocupa borrar tu pasado de Internet, hay medidas legales y técnicas que puedes aplicar para reducir drásticamente lo que se ve de ti y controlar quién accede a tus datos. En esta guía, reunimos en un solo lugar todo lo esencial: derecho al olvido, eliminación en buscadores, limpieza del navegador, redes sociales, foros, servicios y más.
Antes de nada, conviene entender el alcance real de lo que puedes y no puedes suprimir. La ley te ampara en muchos supuestos, pero no borra automáticamente contenidos de la web original; y, al margen de la vía legal, existen acciones concretas para minimizar tu huella: depurar cuentas, ajustar privacidad, limpiar historiales y dirigirte a los administradores de sitios cuando sea necesario.
Qué rastro dejas al navegar: conceptos básicos y riesgos
El navegador que usas para conectarte a la red acumula datos para facilitarte la vida: páginas visitadas, inicios de sesión, preferencias, imágenes en caché… Ese confort tiene un coste en privacidad. Conocer los elementos clave te ayuda a gestionarlos mejor.
Historial: es el registro de las webs que has visitado. Permite retomar sesiones y, si sincronizas con tu cuenta, aparecerá en todos los dispositivos en los que hayas iniciado sesión con esa sincronización activa.
Cookies: pequeños archivos con información de sesión y preferencias (idioma, dispositivo, momento de la visita, si te identificaste, etc.). Bien usadas mejoran la experiencia; mal gestionadas pueden perfilarte.
Caché: almacena temporalmente recursos (imágenes, vídeos, scripts) para acelerar futuras cargas. También revela costumbres de navegación si alguien con acceso al equipo la revisa.
¿Dónde está el riesgo? Acumulando sin control: gustos, ubicación aproximada, dispositivo, sistema operativo… Demasiada información privada en un equipo compartido o público puede darte disgustos. Por ejemplo, un atacante podría usar tus patrones de navegación para lanzarte campañas maliciosas muy creíbles.

Tu actividad en Chrome: sincronización, grupos y borrado del historial
Si usas Chrome con tu cuenta conectada y la sincronización del historial activa, lo que borres en un dispositivo se borra en todos los que tengan esa misma sincronización. Tenlo presente antes de limpiar, porque el borrado es global para la cuenta sincronizada.
Chrome organiza la actividad en la pestaña «Por grupo» dentro de la página Historial. Esta vista agrupa navegación y búsquedas relacionadas para que retomes tareas fácilmente o sigas investigando sobre un tema concreto.
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En tu ordenador, abre Chrome.
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Escribe términos en la barra de direcciones.
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Debajo, pulsa Reanudar la navegación para continuar donde lo dejaste.
También puedes ir directamente a la vista «Por grupo» desde Historial: Menú (tres puntos) > Historial > Historial y allí seleccionar la pestaña «Por grupo» para revisar o retomar un grupo concreto.
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Junto a un grupo, toca el menú de Más para abrir todo en un grupo nuevo de pestañas, ideal cuando quieres reanudar varias páginas a la vez.
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En la parte inferior de la página verás búsquedas sugeridas relacionadas con tu actividad, por si quieres ampliar el tema.
Importante: borrar el historial del navegador no elimina el historial de búsquedas guardado en tu cuenta de Google. Esa limpieza se gestiona aparte desde tu cuenta, dentro de Controles de actividad.
Eliminar tu rastro en navegadores: Chrome, Firefox, Edge y Safari
Todos los navegadores ofrecen herramientas integradas para borrar historial, cookies y caché. Un borrado completo y periódico reduce tu exposición. Así se hace en los más populares:
Google Chrome
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Haz clic en el icono de los tres puntos arriba a la derecha.
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Entra en Historial y abre la vista completa.
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Selecciona Borrar datos de navegación.
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Elige el intervalo «Desde siempre» y marca: Historial de navegación, Historial de descargas, Cookies y otros datos de sitios, e Imágenes y archivos en caché. Puedes incluir más categorías para una limpieza a fondo.
Mozilla Firefox
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Abre el menú superior derecho y entra en Catálogo.
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Ve a Historial y pulsa Limpiar el historial reciente…
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En «Intervalo de tiempo», elige Todo y marca Historial, Cookies y Caché (y otras opciones si buscas mayor privacidad).
Microsoft Edge
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En el menú de tres puntos, entra en Historial.
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Pulsa de nuevo los tres puntos en Historial y elige Borrar datos de exploración.
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Selecciona el rango Siempre y confirma con Borrar ahora.
Safari (macOS)
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En la barra de menús, entra en Historial > Borrar historial…
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En el intervalo, selecciona Todo el historial y confirma.
Seguridad extra: además de historial, borra también credenciales almacenadas si no usas un gestor de contraseñas dedicado. Eliminar usuarios y contraseñas guardados impide accesos automáticos no deseados si alguien usa tu equipo.
Para navegar sin dejar rastro local, abre una ventana en modo privado: Incógnito en Chrome, Privada en Firefox, InPrivate en Edge o Ventana privada en Safari. Este modo no te hace invisible en Internet, pero evita guardar historial, cookies de sesión y otros datos en el equipo.
Buenas prácticas diarias: cuando termines en correo, redes o cualquier servicio donde iniciaste sesión, cierra tu sesión explícitamente. Si compartes dispositivo (o usas un equipo público), evita mantener sesiones abiertas.
Si te surge cualquier duda sobre privacidad y ciberseguridad, la Línea de Ayuda 017 de INCIBE está disponible para orientarte de forma gratuita.
Derecho al olvido: base legal y cómo ejercerlo
El llamado derecho al olvido o derecho de supresión permite pedir que se retiren de los buscadores los enlaces que conducen a información personal tuya, especialmente cuando sea desactualizada, irrelevante o excesivamente perjudicial. Este derecho, recogido en el artículo 17 del RGPD, busca equilibrar privacidad y libertad de información.
Ten en cuenta que, cuando prospera tu solicitud, los enlaces dejan de mostrarse en las búsquedas con tu nombre, pero el contenido original sigue en la web que lo publicó. Para que desaparezca también de origen, tendrás que pedirlo directamente al administrador del sitio.
Los principales buscadores disponen de formularios para gestionar estas peticiones. En Google o Bing deberás identificarte con tu nombre completo, pegar los enlaces a retirar, explicar por qué pides la desindexación y enviar la solicitud firmada. No es un proceso automático: el buscador analiza caso por caso y puede denegarlo si aprecia interés público.
En el ámbito europeo, la desindexación se aplica en los servicios del territorio. Es posible que los resultados sigan visibles en versiones internacionales (por ejemplo, en dominios no europeos), aunque la tendencia es ampliar geográficamente la eficacia cuando corresponde.
Qué se puede suprimir y límites del derecho al olvido
El RGPD establece situaciones concretas en las que puedes pedir la supresión de tus datos. Estas son las causas más habituales:
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Los datos ya no son necesarios para el fin con el que se recogieron.
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Has retirado tu consentimiento y no hay otra base legal que permita seguir tratándolos.
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Te opones al tratamiento y no hay motivos legítimos que prevalezcan.
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Los datos se han tratado ilícitamente.
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Debe suprimirse para cumplir una obligación legal de la UE o del Estado miembro.
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Se recogieron en el contexto de servicios de la sociedad de la información dirigidos a menores.
Hay límites claros. No procede la supresión cuando sea necesaria para proteger la libertad de expresión e información; exista una obligación legal de mantener los datos; haya un interés público (por ejemplo, en salud pública); o con fines de archivo de interés público, investigación científica/histórica; o para la formulación, ejercicio o defensa de reclamaciones.
Si tu solicitud al buscador o a la web es ignorada o rechazada y crees que cumples los requisitos, puedes acudir a la AEPD para que valore tu caso y, en su caso, requiera la retirada.
Redes sociales: edita, elimina, denuncia y, si toca, cierra
Las redes son un escaparate de datos personales. Revisa el perfil y quita lo que no quieras exponer; borra publicaciones problemáticas y actúa cuando terceros suban contenido sobre ti sin permiso.
Modifica tu perfil desde «Editar perfil» para ajustar nombre, usuario y bio. Elimina publicaciones con información sensible desde su menú de tres puntos. Si alguien comparte fotos tuyas o datos privados, utiliza los formularios de reporte (privacidad, identidad, copyright) y facilita la URL del contenido para su retirada. Si no vas a usar la cuenta, descarga tus datos y solicita su eliminación definitiva.
Ajusta la visibilidad de tus publicaciones y limita los datos del perfil. Puedes editar o borrar posts, y cambiar su audiencia para que no sean públicos. En «Fotos», quita etiquetas en «Fotos en las que apareces» y borra imágenes subidas por ti. Si terceros difunden contenido íntimo o privado, usa «Buscar ayuda o denunciar publicación» para activar la revisión. Y si ya no lo usas, descarga tu información y elimina la cuenta.
Twitter (X)
Edita el perfil (nombre, biografía, fecha de nacimiento, web) y borra los tuits que expongan datos; no se pueden editar, así que toca eliminar. En «Multimedia» localizarás rápidamente tuits con fotos. Si se divulga tu información personal sin permiso, rellena el formulario específico y aporta pruebas de identidad y las URLs de los tuits. Si no lo usas, desactiva y elimina tu cuenta.
La pauta se aplica al resto de plataformas: menos es más en datos personales. Si olvidaste contraseñas, usa los procesos de recuperación desde el correo con el que te registraste. Y borra cuentas duplicadas o en desuso para reducir exposición.
Foros, tiendas y otros servicios: depura, contacta y verifica
Más allá de redes, hay perfiles públicos en foros, marketplaces y apps donde también dejaste datos. Edita lo que muestras o elimina la cuenta si ya no la necesitas. Si no recuerdas con qué correo te registraste, prueba con los que usabas y busca en tu email términos como «Welcome», «Bienvenido», «Sign up» para localizar registros antiguos.
Grandes servicios (Google, Apple, Microsoft, Amazon) acumulan perfiles y preferencias. Revisa y minimiza datos o plantea la eliminación de la cuenta si ya no la utilizas, siempre con copia de seguridad previa.
Cuando tus datos figuren en webs donde no tienes cuenta, localiza su sección de Contacto o el email del administrador y pide, con educación y argumentos, la modificación o retirada. Si se niegan, consulta con un abogado o eleva la reclamación a la autoridad competente (en España, la AEPD).
Pasadas unas semanas, busca tu nombre y alias entre comillas en Google para comprobar resultados (««Nombre Apellido»» o «»usuario_que_sueles_usar»»). Las plataformas suelen tardar alrededor de un mes en borrar definitivamente una cuenta tras la solicitud.
No olvides revisar si tus correos han aparecido en filtraciones de datos. Herramientas reputadas como haveibeenpwned.com te indican si hay brechas vinculadas a tus emails y, de paso, te recuerdan cuentas antiguas que quizá debas cerrar.
Buscadores: desindexar en Google, Bing y Yahoo
Para Google, existe un formulario de derecho al olvido en el que aportas documentación identificativa, URLs a retirar y la justificación. El equipo evalúa si la información es desproporcionada, obsoleta o si hay un interés público que aconseje mantenerla (por ejemplo, en casos de estafas financieras, negligencia profesional, condenas penales o actuaciones de cargos públicos).
Recuerda que la desindexación elimina resultados en búsquedas por tu nombre, no borra la web de origen. Para contenido de otros servicios de Google (YouTube, Imágenes, etc.), hay flujos específicos con más pasos y tiempos de respuesta variables.
Repite el proceso en otros buscadores principales. Bing y Yahoo también ofrecen formularios para el derecho al olvido. En ellos pegarás las direcciones afectadas, explicarás el motivo y adjuntarás tu documentación.
Corredores de datos y servicios especializados
Los corredores de datos recopilan, agregan y venden información personal a partir de tu actividad online (publicidad, cookies, registros públicos). Darse de baja es posible, en especial bajo RGPD, pero el proceso es laborioso y varía por proveedor: cada uno tiene su propio mecanismo y puede requerir varias solicitudes con el tiempo.
Existen soluciones que automatizan parte del trabajo (por ejemplo, productos que envían solicitudes de exclusión y monitorizan nuevas inclusiones). Estas herramientas pueden ahorrar tiempo, aunque suelen ser de pago; valora precio, alcance y reputación antes de contratar.
Si prefieres delegar todo, hay empresas que rastrean la red, localizan menciones y gestionan peticiones de borrado por ti. Los costes varían mucho en función del volumen y la complejidad del caso.
Limpieza técnica adicional: email, navegador y nube
Las cuentas de correo abandonadas son un riesgo: si alguien las compromete, podría resetear contraseñas de otros servicios. Recupera acceso y elimínalas si ya no las usas, tras descargar lo imprescindible.
En el día a día, borra cookies y limpia el navegador con regularidad. Además, ajusta los controles de actividad de tu cuenta (si usas servicios que sincronizan datos) para limitar qué se registra. Un navegador centrado en privacidad y el bloqueo de rastreadores ayuda a reducir tu huella.
Revisa apps de intercambio de archivos y servicios en la nube: desactiva sincronizaciones automáticas que no necesitas y cierra cuentas que no uses. Mantener tu información bien protegida hoy evitará problemas mañana.
Cuando quieras retirar contenido que ya no existe pero sigue viéndose en resultados, usa la solicitud de eliminación de contenido obsoleto del buscador. Si ves material ilegal o que infringe normas (por ejemplo, doxxing o imágenes íntimas no consentidas), recurre al canal de revisión por contenido ilegal de Google u otras plataformas.
Si otro usuario publica algo sobre ti, pídeselo primero de forma directa. Si no hay respuesta, denuncia dentro de la plataforma. Y si persiste, la AEPD puede intervenir para proteger tus derechos.
Borrar el pasado digital requiere paciencia, constancia y una mezcla de estrategia legal y técnica. Con una revisión periódica de cuentas, un uso prudente de redes, la gestión de tu historial y el ejercicio del derecho al olvido cuando procede, puedes mantener a raya lo que Internet muestra sobre ti sin perder las ventajas de estar conectado.
